lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Alguna vez habéis sentido miedo?

No hablo del miedo de las películas de miedo, que eso ni es miedo ni es nada. Hablo del auténtico miedo, ese miedo viscoso como el pegamento que te paraliza, te agarrota la mandíbula y no te permite respirar; que te deja indefenso y perdido.

No hablo del miedo a los fantasmas, a los vampiros o a los monstruos babosos. Claro que no. Hablo del miedo verdadero.

Puede que creáis haberlo percibido en alguna ocasión. Tal vez en aquella noche espesa y crujiente, leyendo un buen libro de Poe o Lovecraft sobre la lápida de una tumba solitaria a los pies del mayor ciprés del cementerio, a la luz de unas velas y de la luna llena. ¿Lo recordáis? ¿Es eso? ¿Ahí pensáis que está el miedo? Olvidadlo.

El miedo propio no lo puede inventar otro, sino que siempre está dentro de uno mismo. Ahora lo sé. El horror se esconde en los rincones de nuestra mente, está fabricado con el material de lo desconocido y no se parece a nada de lo que hayáis podido imaginar.


[†] HaRu [†]